lunes, 3 de junio de 2019

No ascendimos de categoría, pero ascendimos en otras cosas

Es la tercera vez que me quedo a un gol de un ascenso. Es la tercera vez que me quedo a un gol de hacer realidad un sueño que llevo persiguiendo media vida. Pero...
Pero durante esta eliminatoria, se ha hecho realidad otro. Y este ha llegado por sorpresa. He visto a chavales de Zamora saltar, gritar, perder los nervios, perder la cabeza y sobre todo, los he visto tirar de un fondo entero con un marcador en contra y cuando más falta hacía. He visto a socios veteranos acudir a una quedada en la Plaza Mayor y recorrer un corteo hasta el Ruta de la Plata con la misma ilusión de los viejos tiempos. También he visto a toda la cantera del club salir a honrar y defender el escudo como nunca antes lo habían hecho. Además, muchos han comprendido que el escudo que llevan es algo muy grande. Y el llevarlo, es un privilegio. Déjenme decirles que ver estas tres cosas a la vez me dejó una sensación de orgullo indescriptible, única. Déjenme decirles también que no lo voy a olvidar nunca.

No ascendimos de categoría, pero ascendimos en otras muchas cosas. Ha habido gente que no era aficionada al club y que ya se ha contiagiado de esta locura. Ha habido otra que había perdido la ilusión y la ha recobrado. Y luego estamos nosotros, que siempre hemos luchado porque este sentimiento no muera y ahora lo tenemos más vivo que nunca. Esto nos va a ayudar para seguir con esto para adelante. Ver a niños, jóvenes y mayores recorrer Haro cantando para ir a recibir al equipo con 35° C de temperatura ha sido algo bestial. Si esto me lo llegan a decir hace un año... pues eso. Qué nunca creí que toda la ciudad volviese a hacer comunión con el fútbol y miren, la hemos hecho en Tercera. Qué cosas.
Cuando descendimos en 2015 y Terror Romanorum resurgió hicimos un cántico que reza "volveremos otra vez. Como en el 99, volveremos a ascender". Pues quién sabe si el destino quiere que, al igual que en 1999, el Zamora ascienda un 30 de junio. De momento, el domingo nos vamos a Alcobendas.
Aquí, seguimos creyendo. ¡El Zamora nunca se rinde!