Querido y añorado Agus:
Hoy hace justo seis años desde que nos dejaste. Por eso, me gustaría escribirte unas líneas, supongo que porque tuve la suerte de poderte conocer bastante y porque me marcaste mucho como persona y como deportista, pero sobre todo, como persona.
A lo largo de estos seis años, he echado la vista atrás y he recordado bastantes momentos que pude compartir contigo. Muchos de esos momentos son conversaciones breves que teníamos cuando entrabas al túnel después de los calentamientos o al finalizar los partidos. En aquellas, yo tenía 10 u 11 años y siempre me acercaba a chocaros los cinco cuando había ido bien y o dar palabras de ánimo cuando había ido mal. Yo era un niño y agradecía eternamente que cualquiera de mis ídolos se dejase querer. Tú siempre eras uno de los que se acercaba. Pero todo empezó en julio del año 2007, cuando leí en el periódico que el Zamora había firmado en las últimas horas a un futbolista zamorano que militaba en el Guijuelo. Creo que aquella fue la primera vez que escuchaba que el Zamora fichaba a un zamorano, y también creo que solo por ser un futbolista de la tierra, te guardé un cariño especial desde el minuto uno.
Pasaban las temporadas y en cada verano, muchos jugadores venían y marchaban. Pero tú no. Tú ya no te irías nunca de aquí. Era inevitable que tú no fueses uno de los más queridos. No porque fueras el mediocentro fijo temporada tras temporada, sino por la lealtad que demostraste hacia el escudo del Zamora. Y es que, a día de hoy, no recuerdo ningún futbolista que defendiera tanto y tantas veces a mi Zamora como lo hiciste tú, dando igual en qué situación deportiva estuviese el equipo.
Llegó el primer varapalo en enero de 2012. En aquella época, el Zamora carecía de cualquier tipo de red social. Si había novedades, te enterabas por la página web del club. Y no siempre. No obstante, yo era de los que entraba todos los días. Y aquel puñetero día de enero leí ese comunicado oficial que sacó el club que jamás olvidaré como titulaba: “Agustín Villar tendrá que ser sometido a una operación por un tumor en el testículo”. Aquel día, cualquier aficionado al club sintió un puñal clavarse en el pecho. Pude hablar contigo unos días después de la operación. Estabas contento por cómo había salido. Pero si algo me dejaste claro en aquella conversación es que ibas a luchar hasta el final y contra lo que fuese. Y vaya que si luchaste, amigo. Luchaste tanto que conseguiste vencer esa dichosa enfermedad antes de cumplir los plazos previstos. La vida te puso otro obstáculo 3 meses después con una recaída, y lejos de bajar los brazos, toda la España futbolera pudo escuchar esas palabras que le confesaste a Joseba Larrañaga, periodista de la Cadena COPE, en el Partido de las 12: “Esto son obstáculos que te va poniendo la vida. Superé el primero y el segundo pienso superarlo también”.
A pesar de que no pudiste superarlo, estamos muy orgullosos de ti. Lo estamos, porque nos diste una lección de lucha ante un rival durísimo, ante un rival al que estuviste apunto de remontarle el partido y que sólo un gol penalti en el último minuto de la prórroga pudo darle la victoria. Estamos orgullosos de ti, porque aún cuando estabas sin fuerzas, te pasabas por el Ruta (sigo estando seguro de que algún día nuestro templo llevará tu nombre) para alentar a tus compañeros a lograr una permanencia que acabaría llegando y que trajo consigo un estallido de júbilo. En aquella calurosa pero feliz mañana pre-San Pedro en la cual se logró la ansiada permanencia frente al Constancia de Inca, fue la última vez que se te vimos por el Ruta de la Plata y como no, te vimos con la sonrisa que jamás perdiste.
Aquel 26 de julio de 2013 se empezó ya con tristeza por el accidente del Alvia en Santiago de Compostela. A eso de las 14:30h se confirmó que nuestro Viriato había perdido su partido. Eso sí, lo había perdido de la manera más digna posible. Desde entonces, brilla una estrella rojiblanca encima del Ruta. Una estrella que también empuja al equipo cada domingo. Una estrella que sigue sonando en cada minuto cuatro.
Voy a ir terminando estas líneas porque no puedo escribirte todo lo que quisiera. Ya sabes que para mí fue un placer haber coincidido tantas y tantas veces. Y por supuesto, ten claro que desde hace seis años, tu “Siempre Amanece” se convirtió para mí en un modo de vida. En mi modo de vida. Sin más, amigo Agus. Siempre con nosotros, siempre conmigo, CAPIT4N.
viernes, 26 de julio de 2019
lunes, 3 de junio de 2019
No ascendimos de categoría, pero ascendimos en otras cosas
Es la tercera vez que me quedo a un gol de un ascenso. Es la tercera vez que me quedo a un gol de hacer realidad un sueño que llevo persiguiendo media vida. Pero...
Pero durante esta eliminatoria, se ha hecho realidad otro. Y este ha llegado por sorpresa. He visto a chavales de Zamora saltar, gritar, perder los nervios, perder la cabeza y sobre todo, los he visto tirar de un fondo entero con un marcador en contra y cuando más falta hacía. He visto a socios veteranos acudir a una quedada en la Plaza Mayor y recorrer un corteo hasta el Ruta de la Plata con la misma ilusión de los viejos tiempos. También he visto a toda la cantera del club salir a honrar y defender el escudo como nunca antes lo habían hecho. Además, muchos han comprendido que el escudo que llevan es algo muy grande. Y el llevarlo, es un privilegio. Déjenme decirles que ver estas tres cosas a la vez me dejó una sensación de orgullo indescriptible, única. Déjenme decirles también que no lo voy a olvidar nunca.
No ascendimos de categoría, pero ascendimos en otras muchas cosas. Ha habido gente que no era aficionada al club y que ya se ha contiagiado de esta locura. Ha habido otra que había perdido la ilusión y la ha recobrado. Y luego estamos nosotros, que siempre hemos luchado porque este sentimiento no muera y ahora lo tenemos más vivo que nunca. Esto nos va a ayudar para seguir con esto para adelante. Ver a niños, jóvenes y mayores recorrer Haro cantando para ir a recibir al equipo con 35° C de temperatura ha sido algo bestial. Si esto me lo llegan a decir hace un año... pues eso. Qué nunca creí que toda la ciudad volviese a hacer comunión con el fútbol y miren, la hemos hecho en Tercera. Qué cosas.
Cuando descendimos en 2015 y Terror Romanorum resurgió hicimos un cántico que reza "volveremos otra vez. Como en el 99, volveremos a ascender". Pues quién sabe si el destino quiere que, al igual que en 1999, el Zamora ascienda un 30 de junio. De momento, el domingo nos vamos a Alcobendas.
Aquí, seguimos creyendo. ¡El Zamora nunca se rinde!
jueves, 23 de mayo de 2019
El TDAH, un motor del mundo totalmente desconocido
Se calcula que casi 7 millones de niños padecen TDAH
(Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) en todo el mundo. Pero, ¿es
tan negativo como suena?
Impulsividad,
ansiedad, frustración, bajo rendimiento escolar e incluso depresión. Son
algunos de los síntomas nacidos del diablo que pueden experimentar aquellos que
tienen un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad que no son tratados de acuerdo a sus
capacidades. Conocido de manera popularmente como “TDAH” este trastorno que se detectan generalmente en la infancia o adolescencia y se
caracteriza por dificultades para mantener la
atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades
en el control de los impulsos. Está mucho más
cerca de lo que se cree.
Todos conocemos a alguien que “no para quieto ni un segundo”, que interrumpe la
clase, que es un desastre con todo o que no
sabe esperar su turno o que vive en
Babia, sin ser conscientes del problema que genera en su entorno. Se considera
trastorno cuando la conducta del
individuo es disruptiva dentro de su entorno, en mayor o menor medida
dependiendo del grado de afección del paciente o de las comprimida des asociadas. Estas personas, muy posiblemente,
sufran el TDAH, aunque no estén
diagnosticadas.
La falta de
diagnóstico es, precisamente, la mayor
dificultad del trastorno, ya que se
pueden dar multitud de comportamientos y sensaciones y con una intensidad
mínima, por lo que no se tienden a relacionar ni con el
déficit de atención ni con la hiperactividad.
Así lo reconoce Didia Liedo,
vicepresidenta de AZADAHI (Asociación Zamorana de Déficit de Atención e
Hiperactividad): “El TDAH un retraso madurativo de la corteza cerebral frontal, que reduce capacidades como la atención sostenida o la concentración y a veces la medicación para suplir o disminuir esa
carencia. Por eso, es de vital importancia lograr un diagnóstico cuanto antes.
Es más fácil para el paciente saltar estos obstáculos cuando el problema está
identificado y tratado”.
Pero no siempre llega con una simple medicación. En la mayoría de los
casos es necesario, además del tratamiento, terapias de otros tipos. El
psicólogo Manuel Becerra,
especialista
en el trastorno, afirma que “los
niños que padecen TDAH se sienten más frágiles emocionalmente que los demás
niños de su edad”, por lo que el
refuerzo mental y la confianza
proveniente tanto de profesionales como de los propios padres toma una
importancia diferencial para hacer frente al TDAH, ya que las conductas provocadas por el trastorno son
incomprendidas por las personas del
entorno. El trabajo en equipo de los
profesionales sanitarios, del centro educativo, apoyo psicológico y de la familia son fundamentales para
conseguir minimizar los costes emocionales del afectado y conseguir los mejores
resultados posibles.
En el caso de
los niños y adolescentes, además de las conductas, se suma la dificultad
en el ámbito escolar. El déficit de atención provoca la incapacidad de asimilar conocimientos, especialmente en el
campo de las matemáticas y de la lengua,
a pesar de poder invertir horas en intentarlo. En sí no es lo más grave,
sino la frustración que produce en
el niño no encontrar resultados a
pesar del esfuerzo y la falta de
ayuda y comprensión de su entorno.
Sin embargo,
toda su parte mala tiene una buena.
En este caso, una muy buena, que tiene que ver con el efecto contrario. Las
personas que padecen TDAH y encuentran en la
vida una vocación que les guste y motive, serán, casi con seguridad, los
mejores en ese campo. Toda la atención
y calma que son incapaces de obtener con aquello no les estimula, aparece a pares cuando el sujeto se siente
motivado. Hay una amplia nómina de grandes nombres que han reconocido tener
TDAH: Bill Gates, que “perturbaba a toda
la clase” cuando era niño y fue
expulsado de la Universidad
de Harvard por calificaciones deficitarias antes de crear Windows, Steve Jobs,
que revolucionó el mundo con Apple
gracias a que sus padres “entendían que era un niño diferente”, o el cantante Dani Martín, para el que
“canalizar esa energía hacia un lado que te guste
te permite pasártelo muy bien”, además
de Michael Phelps, Will Smith, Michael Jordan y muchísimos más.
Y es que, a
pesar del esfuerzo que conlleva tener una vida normal, una vez que el problema
se asimila, permite a los pacientes ser consecuentes con sus capacidades
pudiendo desarrollar y destacar en todos sus proyectos. El TDAH nunca
desaparece aunque se aprende a vivir con él y se desarrollan estrategias que
permiten al individuo defenderse sobradamente en la sociedad. Es necesaria la
colaboración de profesionales que se relacionan con el paciente para facilitar
su integración y desarrollo normal dentro de la sociedad. Sumado a valores como
la empatía, consideración y respeto de los compañeros de clase, compañeros de
trabajo, profesores, jefes, familia permiten el desarrollo social y humano del
individuo de forma plena y satisfactoria. Muchos de los grandes avances y
logros de la historia de la humanidad fueron llevados a cabo por personas con
TDAH. Un TDAH puede cambiar el mundo y varios, ya lo han hecho.
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