jueves, 21 de enero de 2016

Ojalá hubieses podido. D.E.P, Diego.


Antes de empezar, dejar claro que escribo esto desde mi maxima humildad y respeto tanto a Diego, como a su familia, como a todas las víctimas de acoso y violencia de cualquier tipo.

Hola, Diego:

Hoy la carta la voy a escribir yo, y esa carta va dirigida a ti. No tuve el gusto de conocerte, pero eso no ha impedido que entres en mi vida.

Te escribo ésto porque leí la carta de despedida que escribiste a tu familia. Creo ser un tipo duro mentalmente, pero me hiciste llorar. Me quedé tan bloqueado al leerla que no recuerdo si lloré mucho o poco, pero seguro que me tuve que secar lágrimas. Vi en ti una persona cercana, agradecida y muy madura para sólo tener 11 años. Y también vi que te hicieron la vida demasiado difícil para sólo tener 11 años.

No sabes el puñetazo que sentí en el pecho cuando me enteré de tu historia. No te haces una idea de la rabia que me da que cuando se pide ayuda en una situación de acoso escolar, la respuesta que más escuches sea "son cosas de niños". No sé si tú recibiste esa respuesta, pero sé que en su día hubo investigaciones y que al final quedó en nada. Ojalá hubieses podido explicar lo poco que tiene de juego infantil el tener miedo ir al colegio, el tener que aguantar humillaciones que te hagan vivir con temor y con falta de autoestima o el tener que aguantar, aguantar y volver a aguantar a gente sin empatía, que parece no tener ni sentimientos ni compasión por los demás. Ojalá hubieses podido, Diego.

Me duele que decidieses acabar con todo, aún sin conocerte. Me duele, pero no soy quien de juzgarte, y creo que nadie lo es. Has de saber que tu caso ha conmocionado a mucha, mucha gente. Espero, muy a mi pesar, que tu historia cambie la de los demás de una vez por todas, que se dejen de hacer programas para detectar el acoso escolar y se empiecen a hacer programas para dar una educación en la que los niños sepan que el burlarte o humillar a compañeros es aberrante, por ejemplo. Lo espero.

Cuida a esa familia que tanto quieres desde ahí arriba, y a todos esos incomprendidos que sufren día a día como aguantaste tú. Fuiste un héroe, por aguantar todo lo que aguantaste. Ahora, descansa en paz. El cielo ha ganado un ángel. Hasta siempre, pequeño.



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